UNA MUJER HA INGRESADO EN PRISIÓN, El sap en el backlash español
ãSonia Vaccaro Psicóloga de la CIMTM[1]
El miércoles 14 de octubre ingresó en prisión una mujer cuyo único delito fue querer defender un trato justo y respetuoso para su hijo. Desde la irrupción repentina del padre biológico reclamando “SUS propios derechos” en la vida del niño cuando éste ya había cumplido 4 años, ella ha venido luchando todo este tiempo para que se respetase el deseo y el bienestar de su hijo quien, por supuesto, se negaba a irse o a estar con un desconocido.
Para mayor precisión: quien reclamaba SU derecho a estar con él era su padre biológico, alguien a quien no había conocido jamás -su madre fue madre soltera- y un individuo que había rechazado la posibilidad de su nacimiento, negando toda posibilidad de reconocimiento y apoyo a su gestación.
Esa mujer puso todo su conocimiento en la lucha por los derechos de su hijo a pesar de que una enfermedad crónica –padece parkinson- le había impedido continuar ejerciendo su profesión –es abogada-. Durante años defendió a su hijo de las innumerables causas judiciales que el padre interponía en su contra. No obstante, un juez decretó que el niño debía ser obligado mediante coacciones y con el empleo de la fuerza a irse con quien se denominaba, a partir de su reclamo tardío, “El Padre”.
Esta circunstancia, por aberrante, no deja de ser la única que sucede en territorio español, lamentablemente. El año pasado vimos por TV cómo dos niñas adolescentes en Tenerife eran tiradas de los pelos, empujadas y obligadas a irse con su “amante padre” que de este modo hacía valer sus derechos. Y este es sólo uno más de los muchos episodios que se suceden casi a diario con criaturas que no quieren ver a su padre ya sea porque le han visto pegar, gritar y amenazar a su madre, ya sea porque ha ejercido violencia sobre ellas, o simplemente -y sería importante que se sepa- porque un niño y una niña, SON SERES CON DERECHOS, y como tales, pueden NO querer ver o estar con alguien en un momento dado y mañana cambiar de opinión y de destinatario/a de su rechazo. Pero de cualquier modo MERECEN SER RESPETADOS y comprendidos en su deseo.
Actuando de esta manera, la justicia está sentando un precedente grave: está haciendo prevalecer el derecho biológico (como en este caso) sobre el derecho humano, está coaccionando pensando que así logrará torcer la voluntad de un ser humano. Está silenciando la defensa y protección de una madre y violentando los derechos de un niño.
En este tiempo de la fertilización in vitro, de la donación de óvulos y espermatozoides, ¿podemos hacer prevalecer lo biológico sobre los derechos humanos? la paternidad/maternidad, ¿queda reducida de este modo a una circunstancia meramente orgánica?
El siglo XX pretendió acabar con la barbarie contra los delincuentes, todos los códigos penales del mundo occidental incorporaron los derechos de quien delinque, su jerarquía humana y como tal la obligación de respetar sus derechos.
Me pregunto por qué esa misma justicia que garantiza el trato digno de quien delinque, coacciona y violenta a un niño, no protege a éste niño víctima en primera instancia del abandono y el rechazo de su padre biológico, víctima de su violencia ya sea hacia su madre como hacia él mismo, y víctima de un juez que considera que debe hacer lo que se le manda “por la fuerza”. Y cuando digo POR LA FUERZA, es literal, este niño ha sido obligado por la guardia civil a entrar al coche de quien reclamaba su “derecho de paternidad”, ha sido obligado a irse con él, a cambiar de ciudad de residencia y, en ese mismo acto, a cambiar de colegio con todo lo que ello implica.
Y reafirmo POR LA FUERZA porque a pesar de que los Derechos de la Infancia están recogidos en la Constitución española, muchos jueces y juezas hacen prevalecer los derechos de un padre ausentado que sólo recordó a su hijo cuando vio que podía ser un arma más contra su ex pareja.
Me pregunto en qué mentes puede asentarse la idea que un niño “podrá querer a su padre por la fuerza”, en qué mentes puede anidar la convicción de que el derecho de un padre que “irrumpe un día y porque sí” es superior al derecho de un niño. En qué mentes puede formularse el criterio que una madre que no quiere ver cómo fuerzan a su hijo a irse con un desconocido (porque mal que le pese a ese padre biológico la paternidad no se decreta, se construye amorosamente y luego se ejerce), es una delincuente que debe ser encarcelada. Estos métodos están más cercanos a la barbarie que a la justicia. Tengo la sensación de que algunas personas están nuevamente atando la mano izquierda a los zurdos. Tal vez crean que así lograrán un resultado óptimo. El problema grave es que esa mano es de criaturas que esperábamos que crecieran respetadas para que aprendieran a respetar, que crecieran con tolerancia para que aprendieran a tolerar, y que crecieran ejercitando el cariño y la reflexión para que no fueran violentas.
No se puede acabar con la violencia a través del uso de la fuerza y la coacción. Si no comprendemos esto, el camino hacia la erradicación de esta lacra será imposible de transitar.
[i] Del inglés. reacción violenta; contragolpe, repercusión negativa; retroceso, movimiento hacia atrás. Se denomina así a una reacción violenta y adversa que se da en respuesta a un nuevo movimiento político o social. Webster´s Ninth New Collegiate Dictionary, 1985. Según Finkhelor, el backlash sería: ¨un contra-movimiento es una oposición que se desarrolla en respuesta o como reacción al éxito de otro movimiento social, (Nota de la autora: el avance en los derechos de la niñez y de las mujeres) Citado en John E.B. Myers. ¨The backlash. Child Protection Under Fire¨. Sage Publications. 1994. (“Backlash, la protección de los niños bajo fuego”).
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Petición de indulto para María José Blanco Barea -
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